La fluidez lectora combina tres componentes clave:
– Precisión: leer correctamente las palabras.
– Velocidad: mantener un ritmo adecuado, sin pausas excesivas.
– Expresión: dar entonación y sentido al texto, como si se hablara.
Cuando un niño lee con fluidez, dedica menos esfuerzo a descifrar letras y puede concentrarse en el mensaje.
«La escuela enseña, pero el refuerzo lector en casa es decisivo.»
Leer en familia:
– fortalece el vínculo afectivo,
– motiva al niño,
– y ofrece una práctica natural y constante.
No hace falta ser experto: con un poco de creatividad, paciencia y juego, cualquier familia puede ayudar a mejorar la fluidez lectora.
Velocidades de lectura orientativas por curso
A continuación, te comparto valores aproximados de palabras por minuto según el curso escolar:
1º: 30–59
3º: 85–99
5º: 115–124
Estos valores son orientativos. Si un niño está por debajo, no significa fracaso: lo importante es detectar, acompañar y practicar.
– Leer juntos en voz alta, alternando párrafos.
– Usar cuentos cortos, adivinanzas o poemas con ritmo.
– Releer textos conocidos para ganar seguridad.
– Hacer juegos de lectura cronometrada de manera lúdica.
La lectura en casa no debe convertirse en obligación. Puede ser una aventura compartida que despierte la curiosidad, fortalezca la comprensión lectora y potencie la confianza del niño.